Presentación de la novela Una temporada en San Miguel Teotongo de Alberto Vargas Iturbe
Imparte: Sayabil Yac Cruz y Edson Mateos Alvarado*
Objetivo:
El cuerpo humano como primer elemento creativo del hombre se convierte en lienzo o instrumento de la expresión artística o intelectual. A través de la fotografía de desnudo masculino/femenino del cuerpo humano estructurar un discurso visual.
Se busca ayudar a que cada alumno identifique su propio sentido discursivo, para crear imágenes traducidas en fotografías originales, a través de elementos bien definidos el alumno podrá ir expresándose en fotografías que muestren su intención original.
Metodología:
En cada sesión se tratarán elementos teóricos y se practicará con modelo (cuerpo humano). Cada alumno planteará su propio concepto creativo. El objetivo es que intente plasmarlo en un discurso fotográfico a través del cuerpo de la modelo.
Temario
Aspectos creativos en la fotografía
Planteamiento del concepto creativo
La luz natural
Tonos y textura
Poses y expresión
Transmitir sensaciones
Contraluz y la silueta
Luz artificial continua
Luz y sombra, contrastes y rangos
Elementos a considerar en la sesión fotográfica
Dirección de pose de modelo
Requisitos
Cámera fotográfica de cualquier tipo (digital o analógica) y entusiasmo por la fotografía.
Duración
3 sesiones de 2 horas
6 horas en total
Fecha
Martes 27 de noviembre al martes 11 de diciembre
6:00 a 8:00 pm
Sábado 1 de diciembre y Domingo 2 de diciembre
a partir de las 2 pm
(pida informes para grupos)
Cupo máximo
15 personas
Aportación
$ 1.500,00 MN
Informes:
0445510056164
Localización:
Av. Monterrey Poniente 181. Colonia Roma Norte. México, D.F.
editorialpatetico@gmail.com
* Edson Mateos Alvarado Alumno del fotógrafo mexicano Lázaro Blanco. Formación fotográfica en el Foto Club de Ingeniería de la UNAM. Estudió Contaduría y Filosofía en la UNAM. Fotógrafo del libro El canto del fístulo, Ediciones Colectivo Entrópico, 2010, reseñado en diversos medios como La Jornada, La Mosca en la Red, la Revista Círculo Literario (México y España), entre otros.
Il Teatro della Crudelta’, Óleo: Roberto Ferri
La sangre cabalgaba golpeando las venas adolescentes como azotadas por las corrientes marinas en lo profundo del océano.
Zaja cerró la puerta, se echó las llaves a la bolsa y se lanzó a caminar a la calle con los cabellos mojados. Sonrió suspirando y sacando la lengua saboreando el aire mientras pensaba en Carlos y las esmeraldas que tenía en los ojos. Enormes como las esmeraldas.
Mientras, Ahmed la esperaba en la esquina desde hacía algunos días para llevarla a la escuela, pero no había tenido éxito. No había logrado encontrarla. Se estremeció de verla aparecer frente a él. Siempre con sus vestidos largos y vaporosos. Daba la impresión de andar flotando o descalza. ¡Y ese cabello! Y esa mirada maliciosa. Eso es quizá lo que lo atraía. Sin duda. Ahmed depositaba, (sin saberlo) la esperanza de encontrar en Zaja toda la maldad por él conocida (y desconocida); él en cambio, había sido educado como un niño promedio para ser un hombre sencillo.
Ya que la tuvo a unos pasos de él, su presencia lo aplastaba como si estuviera escuchando el estruendo de un coro de ángeles o los gritos de algún abismo. Le pareció que su sola presencia le develaba ciertos misterios. Sin embargo, Zaja lo que hacía, y hacía muy bien, era soñar y hacer soñar, igual que una infusión de belladona.
El texto completo en el portal Peregrinos y sus Letras:
http://www.peregrinosysusletras.com/web/index.php?option=com_content&view=article&id=25&Itemid=32
Sillón
(Del libro Plegaria a un cuerpo de Daniela Flores)
Sentada en un sillón que conseguí hoy,
con la piel recién estrenada
y el sexo de buen humor,
podría describir las galaxias,
alumbrar esta hoja con acción,
hilvanar un buen poema
sin ninguna complicación,
comentar sobre Beethoven o Proudhon;
tu silueta bajo mis manos
hace unas horas
en este mismo rincón,
o tu cadera de hombre
que me hizo confesar
nombre y apellido de un amante atroz.
Descalza y sin alguna ambición
podría hacer versos sin esfuerzo,
rascarme sin comezón,
pero sinceramente
es tan rica
la pereza que sólo puedo reír,
sentada
en mi sillón.