Taller de Fotografía de Desnudo Creativo @ DF / 27 nov – 11 dic

 

Imparte: Sayabil Yac Cruz y Edson Mateos Alvarado*

Objetivo:

El cuerpo humano como primer elemento creativo del hombre se convierte en lienzo o instrumento de la expresión artística o intelectual. A través de la fotografía de desnudo masculino/femenino del cuerpo humano estructurar un discurso visual.

Se busca ayudar a que cada alumno identifique su propio sentido discursivo, para crear imágenes traducidas en fotografías originales, a través de elementos bien definidos el alumno podrá ir expresándose en fotografías que muestren su intención original.

Metodología:

En cada sesión se tratarán elementos teóricos y se practicará con modelo (cuerpo humano). Cada alumno planteará su propio concepto creativo. El objetivo es que intente plasmarlo en un discurso fotográfico a través del cuerpo de la modelo.

Temario

Aspectos creativos en la fotografía

Planteamiento del concepto creativo

La luz natural

Tonos y textura

Poses y expresión

Transmitir sensaciones

Contraluz y la silueta

Luz artificial continua

Luz y sombra, contrastes y rangos

Elementos a considerar en la sesión fotográfica

Dirección de pose de modelo

Requisitos

Cámera fotográfica de cualquier tipo (digital o analógica) y entusiasmo por la fotografía.

Duración

3 sesiones de 2 horas
6 horas en total

Fecha

Martes  27 de noviembre al martes 11 de diciembre

6:00 a 8:00 pm

Sábado 1 de diciembre y Domingo 2 de diciembre

a partir de las 2 pm

(pida informes para grupos)

Cupo máximo

15 personas

Aportación

$ 1.500,00 MN

Informes:

0445510056164

Localización:

Av. Monterrey Poniente 181. Colonia Roma Norte. México, D.F.

editorialpatetico@gmail.com

* Edson Mateos Alvarado
Alumno del fotógrafo mexicano Lázaro Blanco. 
Formación fotográfica en el Foto Club de Ingeniería de la UNAM. 
Estudió Contaduría y Filosofía en la UNAM. 
Fotógrafo del libro El canto del fístulo, 
Ediciones Colectivo Entrópico, 2010, 
reseñado en diversos medios como La Jornada, 
La Mosca en la Red, la Revista Círculo Literario (México y España), 
entre otros.

 

Desde Phoenix, Arizona: El cuento «Medusa», de Daniela Flores

Il Teatro della Crudelta’,  Óleo: Roberto Ferri

  “Hombre de constitución regular, ¿acaso la carne no era un fruto que colgaba en el vergel”—¡Oh aquellos días niños!, el cuerpo, un tesoro para disiparlo, —Oh amar, ¿el peligro o la fuerza de Psiqué? Juventud, Soneto, Arthur Rimbaud.
Medusa
Por Daniela Flores

La sangre cabalgaba golpeando las venas adolescentes como azotadas por las corrientes marinas en lo profundo del océano.
Zaja cerró la puerta, se echó las llaves a la bolsa y se lanzó a caminar a la calle con los cabellos mojados. Sonrió suspirando y sacando la lengua saboreando el aire mientras pensaba en Carlos y las esmeraldas que tenía en los ojos. Enormes como las esmeraldas.
Mientras, Ahmed la esperaba en la esquina desde hacía algunos días para llevarla a la escuela, pero no había tenido éxito. No había logrado encontrarla. Se estremeció de verla aparecer frente a él. Siempre con sus vestidos largos y vaporosos. Daba la impresión de andar flotando o descalza. ¡Y ese cabello! Y esa mirada maliciosa. Eso es quizá lo que lo atraía. Sin duda. Ahmed depositaba, (sin saberlo) la esperanza de encontrar en Zaja toda la maldad por él conocida (y desconocida); él en cambio, había sido educado como un niño promedio para ser un hombre sencillo.
Ya que la tuvo a unos pasos de él, su presencia lo aplastaba como si estuviera escuchando el estruendo de un coro de ángeles o los gritos de algún abismo. Le pareció que su sola presencia le develaba ciertos misterios. Sin embargo, Zaja lo que hacía, y hacía muy bien, era soñar y hacer soñar, igual que una infusión de belladona.

 El texto completo en el portal Peregrinos y sus Letras:

http://www.peregrinosysusletras.com/web/index.php?option=com_content&view=article&id=25&Itemid=32

Sillón

Sillón

(Del libro Plegaria a un cuerpo de Daniela Flores)

Sentada en un sillón que conseguí hoy,

con la piel recién estrenada

y el sexo de buen humor,

podría describir las galaxias,

alumbrar esta hoja con acción,

hilvanar un buen poema

sin ninguna complicación,

comentar sobre Beethoven o Proudhon;

tu silueta bajo mis manos

hace unas horas

en este mismo rincón,

o tu cadera de hombre

que me hizo confesar

nombre y apellido de un amante atroz.

 

Descalza y sin alguna ambición

podría hacer versos sin esfuerzo,

rascarme sin comezón,

pero sinceramente

es tan rica

la pereza que sólo puedo reír,

sentada

en mi sillón.